Rabino Oury Cherki
Vaiakhel - Shabat y el Mikdash
Publicado en la página web de Centro Mundial Noájida. El artículo original en hebreo.
Esta semana leemos Parasha Vaiakhel, que nos introduce a la construcción del Mishkan (El Tabernáculo) en la realidad. El Mishkan teórico, se nos encomendó en las parashot Trumah y Tetzave, mientras que en la parashá de esta semana, accedemos de forma práctica a la aparición de la Presencia Divina, La Shekina, en nuestro mundo real.
Nuestra parashá vincula explícitamente la construcción del Mishkan con las leyes del Shabat. Se afirma al comienzo del parashá: "Entonces Moisés reunió a toda la congregación de los hijos de Israel, y les dijo: Estas son las cosas que el SEÑOR ha mandado hacer. Seis días se trabajará, pero el séptimo día tendréis un día santo, día de completo reposo para el SEÑOR; cualquiera que haga trabajo alguno en él, morirá. No encenderéis fuego en ninguna de vuestras moradas el día de reposo" (Éxodo 35:1-3), y solo después de esto, Moisés ordena la donación para el Mishkan.
La conexión entre los dos conceptos requiere aquí una aclaración. Después de todo, la construcción del Tabernáculo no desplaza al Shabat (o sea que se debe cuidar el Shabat y está prohibido trabajar en Shabat para construir el Mishkan), a diferencia de la actividad ritual en el Tabernáculo que si se realiza en Shabat, o sea que el servicio del Templo – Mishkan, desplaza al Shabat.
Aquí es necesario volver al tema de Shabat para comprender su conexión con el Mishkan. En la Parasha Bereshit (Genesis), nos dice la Torá al final de cada día de los seis días de la creación, "Y fue la tarde y fue la mañana de (cierto) día". Cuando en cada uno de los días hay un mandamiento del Creador, como por ejemplo en el primer día: "Y Dios dijo: Sea La Luz (Génesis 1:3), y luego la realización: "y hubo Luz" (ibid.) Y luego la frase que juzga lo hecho: "Y Dios vio la luz que era buena" (versículo 4), y el resumen: "Y fue la tarde y fue la mañana: un día" (versículo 5).
Y en el segundo día, "Hágase un firmamento que separe…" (versículo 6), y así en el tercer día y en el cuarto, en el quinto y sexto día, terminando todos con el resumen: "Y fue la tarde y fue la mañana…"
Cuando la Torá llega al séptimo día, esperaríamos encontrar al final del séptimo día el resumen, con el siguiente versículo: "Y fue la tarde y fue la mañana, el séptimo día". Tal verso no existe.
Esto es para enseñarnos que, según la Torá, toda la historia de la humanidad está incluida en el séptimo día, el séptimo día de la creación aún no se ha completado. Esta es la era en la que el hombre trabaja y se esfuerza, en tiempo que el Creador del mundo retira su intervención directa en la creación y permite que el hombre la complete por sí mismo.
La obra, el trabajo, del hombre se describe en la Torá como Santidad. "Entonces habló el SEÑOR a Moisés, diciendo: Habla a toda la congregación de los hijos de Israel y diles: "Seréis santos porque yo, el SEÑOR vuestro Dios, soy santo …"" (Levítico 19:1-2).
El Rambam, al comienzo del Libro Sefer HaMitzvot, dice que "Seréis santos" es la esencia de toda la Torá. Así que la tarea, la misión del séptimo día, es conducir al estado de santidad, y llegará el día en que la Torá diga: "Y ellos fueron santos, y Dios vio que era bueno, Y fue la tarde y fue la mañana, el séptimo día"". Entonces comenzaría El octavo día, al que generalmente llamamos de forma general "Olam Haba", el Mundo Venidero .
Hay un embajador del mundo venidero en este mundo, este es el "Mikdash" , El Templo. El templo es la embajada del octavo día en nuestro mundo, que es el séptimo día. Porque es el único punto geográfico en el que existe la posibilidad de una reunión entre el Creador y la Criatura. Por lo tanto, todo el curso de la historia en su conjunto es una especie de progreso, de acercamiento hacia un mundo que es completamente un Templo. Por lo tanto, todas las treinta y nueve actividades (las 39 Melajot que están prohibidas en Shabat) que construyen el mundo – este mundo, son una preparación para el Templo.
Por lo tanto, estas actividades no desplazan al Shabat, el cual es una especie de Mundo Venidero tambien. Lo que no es así con la actividad ritual , el servicio del Templo en sí mismo, ya que esta se realiza en hora que ya entramos en el Octavo día, cuando ya estamos viviendo realmente en una especie de Mundo Venidero. Y por lo tanto, es posible así entender por qué el servicio del Templo si desplaza el Shabat, porque durante el trabajo ritual del Templo estamos en una categoría de realidad, que está más allá del curso de la historia, más allá del séptimo día de la creación.
Y es por esto que la Torá conectó el precepto del Shabat con el precepto de Mikdash, El Templo.
La próxima semana, veremos en Parashat Pekudei cómo se completó toda la creación mediante la construcción del Templo.
¡Que seamos merecedores de verlo renovado y construido en nuestros días! Amen.