Rabino Oury Cherki
Re’eh - Hijos para toda la eternidad
Publicado en la página web de Centro Mundial Noájida. El artículo original en hebreo.
Está escrito en la porción de la Torá de esta semana, "Vosotros sois hijos del SEÑOR vuestro Dios" [Deuteronomio 14:1]. Es un gran honor ser el hijo del Santo, bendito sea, desde ya, como nación entera (no como individuos), como está escrito, "mi hijo primogénito es Israel" [Éxodo 4:22]. Esta expresión de honor nos obliga a hacer un esfuerzo especial. ¿Pero qué pasa cuando no actuamos como un hijo debería? Los rabinos discuten sobre la respuesta a esta pregunta.
El Rav Yehuda dice: cuando actuamos como hijos, somos llamados hijos, pero si no actuamos debidamente, no somos llamados hijos. En cambio, Rav Meir dice que, en cualquiera de los dos casos, somos llamados hijos. (Tratado de Kidushin 36a). El Rav Meir trae varias pruebas sobre su opinión. Por ejemplo, "¡Ay, nación pecadora, pueblo cargado de iniquidad, generación de malvados, hijos corrompidos!" [Isaías 1:4] - se nos llama hijos incluso cuando actuamos erradamente. "Esconderé de ellos mi rostro, veré cuál será su fin; porque son una generación perversa, hijos en los cuales no hay fidelidad" [Deuteronomio 32:20] - a pesar de que no tienen fe. O y será, en lugar de que se les diga: "No sois mi pueblo, se les dirá: Sois hijos del Dios viviente" [Oseas 2:1]. Se pueden citar muchos versículos para demostrar que el Rav Meir está en lo correcto.
Por lo tanto, a pesar de que cuando hay una disputa entre el Rav Meir y el Rav Yehuda, La halacha (la ley) sigue generalmente (casi siempre) la opinión del Rav Yehuda, esta vez es justo una excepción. En este caso se fija la ley de acuerdo a Rav Meir.
El Talmud continúa discutiendo largamente la opinión de Rav Meir dado que su opinión esaceptada como la halacha. Esto es también lo que Rashba (Rabi Shlomo ben Aderet), escribió en su respuesta (194; 242). Al Rashba se le preguntó si el cadáver de un judío apóstata causa que otra persona en la misma "tienda de campaña" se vuelva ritualmente impura. La base de esta pregunta es el principio de que los cadáveres de los otros, (de las naciones) no imparten impureza ritual de la misma manera que el cuerpo de un judío. Un judío pasa la impureza si su el cuerpo está en la misma "tienda" con una persona viva, mientras que un no judío es una fuente de impureza solo si su cuerpo entra en contacto físico con otra persona. Por lo tanto, la pregunta que se hizo fue si un apóstata dejó de ser judío en términos halájicos. Y la pregunta se hace aún más fuerte al notar el hecho de que a un judío se le está permitido cobrar intereses sobre un préstamo a un apóstata, y que su vino se considera vino gentil y, por lo tanto, no apto para beber. La respuesta del Rashba fue que un apóstata imparte impureza ritual de la misma manera que cualquier judío. Un apóstata puede cobrar intereses porque la prohibición de intereses es derivado de un versículo que se refiere a "tu hermano", y esta persona (el apostata) no actúa como tu hermano, él derogó así su derecho a ser tratado como un hermano. Pero la impureza ritual no está relacionada con la hermandad, sino que es debido al amor especial por Israel, que son llamados "hijos", siguiendo la opinión del rabino Meir. No importa qué hagan, se los llama hijos.
Es característico que los judíos intenten escapar de sus rasgos únicos.
No debemos pensar, en base a lo que hemos escrito hasta ahora, que el Rav Yehuda cree que el valor único del judaísmo puede ser transferido de una nación a otra. No hay forma de que el rabino Yehuda sea acusado de una posición tal (una opinión que fue la misma base del cristianismo) Por el contrario, el cree que es posible que el individuo pierda su rasgo de hijo. Pero definitivamente no cree que esto le pueda pasar a toda la nación.
Y esta es la base de los "rasgos únicos" que han sido parte de la nación de Israel desde que se convirtió en nación. Como escribe el Rav Avraham Itzjak Kook en sus cartas (Igrot, número 555), en la santidad de Bnei Israel hay dos componentes: uno es la santidad inherente (rasgos únicos) y el otro es la santidad que se relaciona con la libre elección. La santidad que está relacionada con un rasgo inherente nunca puede ser disipada, pero solo es revelada como resultado de nuestra elección. Cuando decidimos actuar de una manera que es santa y pura, nuestra condición eterna y el rasgo de santidad inherente se revela a través de nosotros.